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Escritor británico, hijo del cirujano William Wills – Wilde y de la escritora Johana Elgee. Estudió en la Portora Royal School de Euniskillen, en el Trinity College de Dublin y, posteriormente, en el Magdalen College de Oxford, centro en el que permaneció entre 1874 y 1878. Allí recibió el premio Newdigate de poesía, de gran prestigio en su época.

Combinó sus estudios universitarios con viajes. El 27 de mayo de 1895 Oscar Wilde fue condenado a dos años de prisión y a trabajos forzados. Todas las peticiones de los círculos literarios europeos fueron rechazadas. Luego lo trasladaron a las prisiones de Wandsworth y a Reading, donde redactó la famosa “Balada de la cárcel de Reading”. Recobrada la libertad, cambió de nombre y apellido (se hizo llamar Sebastian Melmoth) y emigró a París donde permaneció hasta su muerte.

 

De venta en todas las librerías de Colombia

Precio al público $ 20.000 pesos

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celedonio2003@hotmail.com

 

http://escueladepoesiadomingoa.blogspot.com

Oscar Wilde y el socialismo individualista

 

Celedonio Orjuela Duarte

 

Hay libros que, en principio, parecieran no corresponder a los escritos por un autor de quien conocemos su tono y las obsesiones en su escritura. Este es el caso de Oscar Wilde; el gran público lo distingue como el autor de la novela El retrato de Dorian Gray . Sabemos que su vida literaria la inició siendo muy joven con el poema Ravena, que le mereció un reconocido premio y de inmediato lo catapultó a la fama. Impuso ciertas modas entre los jóvenes como el uso del cabello largo, los pantalones de pana y otros atavíos propios de lo que sería el Wilde dandy, quizá como una respuesta a ese tiempo retardatario que le tocó vivir: la era victoriana (1819-1901). Su carrera literaria finaliza con el libro de poemas Balada de la cárcel de Redding . Extenso poema que escribiera en la prisión como producto de las tormentosas pasiones que lo obligaron a llevar una doble vida: la que exigía el comportamiento conservador al lado de su mujer y de sus dos hijos y la que llevara de forma tormentosa junto a su amante Douglas: holgazán y bon vivant de quien Wilde se enamora y por el que va a prisión dejando un bello testimonio De profundis.

Para un escritor como Wilde, las apreciaciones evidenciadas en el libro El alma del hombre bajo el socialismo , parecieran no corresponder a su entelequia, en la que merodea otra clase de ficción: la utopía del hombre visto desde sus propias mezquindades, pero también con posibilidades de futuro. Por tanto, es un libro reflexivo que condensa todo su pensamiento en cuanto a las ideas políticas, la utopía y el sentido del arte. Desde luego, no cayó bien a los moralizadores victorianos, pues entraba hacer parte de la baraja de críticos que cuestionaban el imperio. Aparece por primera vez en 1891- momento de fermentación del pensamiento en Inglaterra- , en Fortnightly Review , alejándose del marasmo sin ideas de la época y dando cabida a lo que se llamó socialismo utópico, teoría acerca de la sociedad basada en la comunidad de bienes, en el trabajo obligatorio para todos y en la igual distribución de los productos. En esos debates no dejaba de tener presencia el pensamiento libertario como cuerpo versátil de las variadas propuestas sobre el futuro del hombre y la sociedad. Es normal encontrar entre los teóricos anarquistas a pensadores como Proudhon, uno de sus fundadores, en su estudio ¿Qué es la propiedad? deduce que la propiedad es el robo, y una de las formas de paliar dicho abuso es mediante el pluralismo y la autogestión. De la misma manera hay otras proposiciones que niegan toda jerarquización, donde se entiende que el Estado no tiene razón de ser. O las marcadamente ateas, pero también las que encaran cierta fusión con el cristianismo como lo hace el escritor ruso León Tolstoi en su libro Cristianismo y anarquía . Igual pasa en los intersticios del presente libro. Wilde, en su propuesta, también transita por ideas estéticas del Arte por el Arte.

En muchos de los profesionales, intelectuales, artistas, científicos -entre quienes Darwin fue uno de sus protagonistas-, se gestan variadas teorías, al igual que insólitas concurrencias artísticas prediciendo el futuro del hombre como ser social: es el caso de la novela de Wiliam Morris, Noticias de ninguna parte , saga anarquista que bordea la ciencia ficción. Aparece el mismo año en que Wilde publica El alma del hombre bajo el socialismo . En la obra de Morris discurre un anhelo socialista libertario en una lejana Inglaterra de inicios del siglo XXI (la utopía persiste). Nos muestra a veces la nueva Londres, en el que encuentra casas parecidas a las de la Edad Media , pero envueltas en la belleza del socialismo, aunque a veces el narrador tenga la impresión de estar en el siglo XIV. Wilde nos hace posible un individualismo del ser en una sociedad en la que el matrimonio, ese fortín monogámico y por ende conservador, ya no existirá porque las uniones entre personas serán libres. Evidencia que a través del socialismo libertario encontraremos la reconstrucción de la sociedad sobre unos cimientos tales que la pobreza resulte imposible. Esta declaración de intenciones incomodaba a una Inglaterra arribista que vivía del lujo que le procuraban las colonias; solo se ocupaban de las intrigas de Gladstone o Disraeli (1).

La voracidad burguesa mantenía los estrictos círculos de moralidad que oprimían a una gran parte de la población sin derecho a voto, pese a sus posturas civilistas, no será hasta después de la primera guerra mundial que llegará el sufragio universal masculino. Las mujeres aún deberán esperar más. Cuando aparecen las ideas socialistas de Wilde, el imperio británico entraba en una profunda crisis, los dirigentes sindicales hacían acuerdos y lograban algunas mejoras de trabajo. Engels criticó esa pasividad a los que juzgaba amordazados por su participación en las migajas del imperio colonial. Su decadencia lo hizo enfrentar nuevos desafíos, hasta el punto de que el presidente norteamericano Clevelan(2) se enfrenta a Londres por sus diferencias en las Guayanas y Venezuela. Esa decadencia provoca una considerable agitación teórica alrededor del socialismo, se crean partidos, federaciones, sociedades de carácter reformista como La Sociedad Fabiana de George Bernard Shaw(3), uno de sus más tempranos socios, o de Herbert George Wells, que se incorpora a principios del siglo XX, y de Bertrand Russell, muestran los enconados debates en los círculos socialistas.

En esos mismos medios se mezclan exiliados rusos o alemanes, que aportan sus propias visiones del marxismo o del anarquismo, y que contribuyen a la difusión de las ideas emancipatorias. Esta cocción de pensamientos hace que la sociedad británica cambie: el primer partido obrero se crea en 1893, y en esas mismas fechas los sindicatos agrupan ya a más de un millón y medio de obreros y protagonizan la gran huelga del puerto de Londres de 1889, aunque la burguesía inicia una contraofensiva que creará grandes dificultades para el movimiento obrero.

Al final de la centuria, diferentes grupos formalizarán el nacimiento del partido laborista, aunque todavía no se llame así. Nacía el siglo XX y con él nuevas formas de organización obrera, pero ese no sería ya el siglo de Wilde.

 

La defensa que hace Wilde del socialismo individualista lo lleva a ligarlo con el helenismo que siempre profesó. La idea de socialismo del escritor irlandés brota de la sordidez industrial, la negrura de las ciudades, la visión de los niños descalzos, los repugnantes vapores de las fábricas, la miseria de los   ghettos   obreros.

Wilde, al mismo tiempo, considera que el arte no debe ser popular. Rechaza el socialismo autoritario y considera que la propiedad privada hace la vida completamente insoportable, forzando al individualismo a ocuparse del progreso material y no del progreso espiritual: valora al ser humano por lo que es, no por lo que tiene.

El presente libro cobra un sentido profético en muchas de sus afirmaciones: antiguamente existía la tortura. Hoy día existe la prensa, que la sustituye. O cuando constata que, como consecuencia del poder que ha adquirido el periodismo, el hecho es que el público siente una insaciable curiosidad por saberlo todo, excepto aquello que vale la pena de saberse . Todos esos fundamentos iban a pertenecer a los seres humanos del porvenir. Wilde terminó su vida alejado de Inglaterra, casi como un desterrado. Una vez salió de prisión en mayo de 1897 se traslada a Francia. En Bernaval, nos dice Gide,

 

…discreta aldehuela de los alrededores de Dieppe, se trasladó un tal Sebastian Melmoth: era Wilde. Como yo había sido el último de sus amigos franceses en verlo, quise ser el primero en volverlo a ver. Una vez que supe su dirección (…) Wilde prendió un cigarrillo… El público es de tal modo terrible, que sólo conoce a un hombre por las últimas cosas que ha hecho. Si yo ahora volviera a París, no se querría ver en mí más que al…presidiario. Yo no quiero reaparecer hasta no haber escrito un drama. Es necesario hasta entonces que se me deje tranquilo.

Y agregó bruscamente:

_ ¿No hice bien en venirme aquí? Mis amigos querían que me fuera al Mediodía para reposar, porque al principio estaba muy fatigado. Pero yo les pedí que me buscaran en el Norte de Francia, una playa pequeñita donde yo no vea a nadie, donde haga mucho frío, donde casi nunca haya sol…! Oh!

¿No hice bien en venirme a Bernaval?

( Afuera hacía un tiempo espantoso) (4)

 

 1 - William Ewart Gladstone (1809-1898), Uno de los estadistas más célebres de la era victoriana, rival de Disraeli, y aún se le considera como uno de los más importantes primeros ministros que ha tenido el Reino Unido; Whiston Churchill lo citaba como inspirador suyo.

2 - Stephen Grover Cleveland (1885-1889) (1883-1897) fue, el vigésimo segundo y vigésimo cuarto presidente de los Estados Unidos.

3 - George Bernard Shaw (1856-1950). Premio nobel de literatura en 1925. Fue un socialista notable, destacado miembro de la sociedad Fabiana que buscaba la transformación de la sociedad a través de métodos no revolucionarios.

4 - André Gide, Oscar Wilde. Con un estudio sobre Gide de Juan Pacheco. Contiene además Salomé de Wilde. Editorial Cultura 1934.